viernes, 11 de julio de 2014

La Isla de los Pinchos

Tras una breve pausa, retomamos nuestro paseo semanal por el mundo de las plantas. Hoy os voy a llevar a un secarral lleno de pinchos. Fascinante, ¿no? No dejéis de leer aún: me gustaría enseñarle a los no iniciados por qué un pedregal seco y espinoso es una maravilla de la naturaleza que hay que conservar.

Las vacaciones de verano me han llevado este año a Creta, y mientras mis compañeros de viaje celebraban el centenario de El Greco en las sombreadas calles de Heraklion, yo tenía mi primer contacto con una de las formaciones vegetales más interesantes del Mediterráneo Oriental: la frigana (o phrygana).

La frigana se suele describir como el equivalente oriental de la garriga o el tomillar, esto es, una formación de arbustos bajos que aparece de manera natural en condiciones muy adversas para la vida, como pedregales o crestas rocosas expuestas al viento; aunque también se extiende de forma secundaria a lugares donde la vegetación está degradada y los árboles y grandes arbustos no se pueden desarrollar debido a la pérdida de suelo. Aparece típicamente como etapa de degradación de los bosques tras incendios, particularmente en zonas sujetas a la acción de los pastores de cabras.

Frigana (phrygana) en Creta. En flor: Genista acanthoclada

En contraposición a la garriga, dominada a menudo por la coscoja (Quercus coccifera) o el tomillar, donde los elementos dominantes son las labiadas aromáticas como Thymus o Sideritis, la frigana es más bien una comunidad de arbustos almohadillados espinosos que no superan los cincuenta centímetros de altura y que no es nada recomendable atravesar en pantalones cortos y sandalias. Recuerdan a los piornales espinosos de las Sierras Béticas, pero se desarrollan no sólo cerca de las cumbres sino también a menores altitudes, bajando hasta el mismo litoral. Con fisionomía muy parecida pero diferente composición de especies, la frigana aparece típicamente sobre calizas (el tipo de roca dominante en el levante), pero también sobre esquistos e incluso en los arenales costeros.

La frigana está sometida a fuerte presión ganadera desde hace miles de años, normalmente por ganado caprino, así que cualquier cosa que se parezca a una hoja verde es devorada inmediatamente. La presión selectiva contra las formas de crecimiento inermes (esto es, carentes de espinas) es brutal, y literalmente, todo en la frigana es espinoso, tóxico o tiene un desagradable sabor amargo. Este es su principal atractivo para el naturalista. La frigana es un laboratorio de la evolución donde las formas espinosas alcanzan una diversidad extraordinaria. Plantas que en cualquier otra parte son inermes desarrollan en Creta potentes aparatos de espinas axiales lignificadas, pues las cabras son capaces incluso de acabar con los cardos. Además, una serie de plantas de crecimiento grácil y tallos filiformes, como de alambre, se desarrollan entre las espinas a salvo de las cabras, sin dar sombra a sus feroces protectoras.

Frigana (phrygana) en Creta. Euphorbia acanthothamnos

Las especies más frecuentes a media altitud pertenecen a muy diversas familias pero tienen todas un aspecto muy similar, como almohadas espinosas, hábito que mantienen incluso libres de presiones bajo cultivo. Dominan una curiosísima rosácea, Sarcopoterium spinosum y una ahulaga, Genista acanthoclada. Más allá, Verbascum spinosum (sí, un gordolobo arbustivo y espinoso) y Stachys spinosa (sí, también Stachys es un arbusto espinoso por aquí), además de la Euphorbia acanthoclada. Aquí, hasta las achicorias pinchan (Cichorium spinosum). Si subimos en altura aparecen rápidamente especies de Astragalus espinosas parecidas a nuestro Astragalus nevadensis, como A. creticus. Al bajar hacia la costa, sobre arenas, domina la impresionante Centaurea spinosa, endemismo del Egeo. Como veis, los poco imaginativos nombres de estas especies hacen referencia a su carácter pinchoso, en latín y griego. Entre las espinas, se refugian de los herbívoros especies gráciles como Asperula rigida o Vicia cretica

Frigana (phrygana) en Creta. Stachys spinosa

La frigana es además una de las comunidades más ricas en especies de todo el Mediterráneo. Durante el mes de Abril, uno puede encontrarse gran cantidad de plantas anuales y geófitos en flor, muchos de ellos endémicos. Tulipanes silvestres, fritillarias, lirios, hipéricos... Jahn y Schönfelder (1995), en su Exkursionsflora für Kreta, contabilizan de 100 a 130 especies por 200 m2. Este patrón de alta diversidad y elevado endemismo ( = muchas especies, únicas de Creta) es extensible también a los animales de la frigana, y así, multitud de especies de escarabajos, mariposas, arácnidos, lagartijas son únicos también. Es como estar en un jardín botánico. No, mejor aún: es la naturaleza silvestre. Un verdadero tesoro... Entre los pinchos.

1 comentarios:

Ay, vaya elevado espinosismo (=muchos pinchos ) en esta entrada! Lo que uno tiene que soportar en nombre de elevado endesmiso. Supongo atravesar las friganas requiere tambien saber quitarse los pinchos.

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